24 feb 2014

5 cosas que todos lamentan antes de morir.


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tanatologia, cuidados paliativos

Durante muchos años he trabajado en cuidados paliativos. Mis pacientes eran los que habían ido a sus casas a morir.
La gente crece mucho cuando se enfrentan a su propia mortalidad. Aprendí a nunca subestimar la capacidad de una persona para el crecimiento. Algunos cambios fueron fenomenales. Cada uno de ellos experimentaron una variedad de emociones, como se esperaba, la negación, el miedo, el enojo, remordimiento, más negación y finalmente aceptación. Sin embargo, cada uno de ellos encuentra la paz antes de morir.

Cuando les pregunté acerca de los arrepentimientos que tenían o cualquier cosa que harían de manera diferente, los temas comunes surgieron una y otra vez. Éstos son los cinco más comunes: 

1. “Ojalá hubiera tenido el coraje de vivir una vida fiel a mí mismo, y no a lo que los demás esperaban de mí”.

Este es el lamento más común de todos. Cuando las personas se dan cuenta de que su vida está a punto de terminar y miran hacia atrás, es fácil ver cuántos sueños no se han realizado. La mayoría no había cumplido aún la mitad de sus sueños y tenía que morir sabiendo que era debido a las elecciones que habían o no habían hecho.

2. “Ojalá no hubiera trabajado tan duro”.

Esta queja es propia, sobre todo, de los hombres: Echaban de menos la juventud de sus hijos y la compañía de su pareja. Las mujeres también hablaban de este lamento, pero la mayoría eran de una generación anterior, muchas de las cuales no habían sido sostén de la familia. Todo los hombres que cuidé lamentaban profundamente haber gastado tanto tiempo de sus vidas en la rueda de una existencia basada en el trabajo.

3. “Ojalá hubiera tenido el coraje de expresar mis sentimientos”.

Mucha gente suprimió sus sentimientos con el fin de mantener la paz con los demás. Como resultado, se conformaron con una existencia mediocre y nunca llegaron a ser lo que eran realmente capaces de llegar a ser.  Como resultado, contrajeron muchas enfermedades relacionadas con la amargura y el resentimiento.

4. “Ojalá hubiera estado en contacto con mis amigos”.

A menudo, no se daban cuenta verdaderamente de todo el bien de sus viejos amigos hasta las semanas previas a morir y no siempre era posible localizarlos. Muchos de ellos habían llegado a estar tan atrapados en sus propias vidas que habían descuidado excelentes amistades durante años. Hubo muchos lamentos profundos acerca de no dar a la amistad el tiempo y esfuerzo que merecían. Todo el mundo echa de menos a sus amigos cuando están muriendo.

5. “Ojalá me hubiera permitido ser más feliz”.

Este es un lamento sorprendentemente común. Muchos no se dan cuenta hasta el final de que la felicidad es una elección. Se habían quedado atascados en viejos patrones y hábitos. El llamado “confort” de familiaridad rebasó sus emociones y sus vidas. El miedo al cambio les llevaba a fingir ante los demás y ante sí mismos, de manera que se contenían cuando en lo más profundo habrían deseado reír a carcajadas y regresar a la “edad del pavo”.

Mi principal mensaje es que todos vamos a morir, y que si en este momento nos arrepentimos de algo tratemos de solucionarlo ahora.

Bronnie Ware

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